Para evitar ser detectados, los delincuentes cibernéticos están recurriendo cada vez más a servicios de "proxy residencial", que les permiten ocultar sus huellas al simular una actividad en línea habitual.
Además, otras 12 personas han sido acusadas por un robo de criptomonedas valorado en 263 millones de dólares, y un exdirector del FBI está siendo señalado por amenazar a Donald Trump debido a una publicación en Instagram que mostraba caracolas.